sábado, 29 de diciembre de 2012

CONSAGRACIÓN A LA PRECIOSA SANGRE DE JESUCRISTO


Consciente de mi nada y de tu sublimidad, misericordioso Salvador, me postro a tus pies, y te agradezco por la gracia que has mostrado hacia mí, ingrata criatura. Te agradezco especialmente por liberarme, mediante tu Sangre Preciosa, del poder destructor de Satanás. En presencia de mi querida Madre María, mi Ángel Custodio, mi Santo patrono y de toda la corte celestial, me consagro voluntariamente, con corazón sincero, oh queridísimo Jesús, a tu preciosa Sangre, por la cual has redimido al mundo del pecado, de la muerte y del infierno. Te prometo, con la ayuda de tu gracia y con mi mayor empeño, promover y propagar la devoción a tu Sangre Preciosa, precio de nuestra redención, a fin de que tu Sangre adorable sea honrada y glorificada por todos.

De esta manera, deseo reparar por mi deslealtad hacia tu Preciosa Sangre de Amor y compensarte por las muchas profanaciones que los hombres cometen en contra del precioso precio de su salvación. ¡Oh, si mis propios pecados, mi frialdad y todos los actos irrespetuosos que he cometido contra ti, oh santa y preciosa sangre, pudieran ser borrados!. He aquí, querido Jesús, que te ofrezco el amor, el honor y la adoración que tu Santísima Madre, tus fieles discípulos y todos los Santos han ofrecido a tu Preciosa Sangre. Te pido que olvides mi falta de fe y frialdad y que perdones a todos los que te ofenden. ¡Oh Divino Salvador! Rocíame a mí y a todos los hombres con tu Preciosa Sangre, a fin de que te amemos, oh amor crucificado de ahora en adelante con todo nuestro corazón, y que dignamente honremos el precio de nuestra salvación!. Amén.

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