miércoles, 28 de noviembre de 2012

MIÉRCOLES 28 DE NOVIEMBRE 8º DÍA DE PREPARACIÓN PARA LA CONSAGRACIÓN AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA

OCTAVO DÍA
«Mis queridos hijos: no me abandonen, Yo anhelo acogerlos a
todos en el calor de mis brazos; permanezcan fuertes en unidad.
Satanás no puede causar daño cuando permanecemos todos unidos
con mi Jesús como nuestro centro.
Les digo: vengo a llamarlos hacia una convicción, la convicción
de la consagración global; vendré a recoger las cosechas de esta
consagración unificada, mi corte. En la consagración a mi Inmaculado
Corazón ustedes darán su «SI» para ser escogidos y colocados a su
servicio de un modo especial; ustedes están aceptando los sacrificios
del triunfo, porque yo le pediré mucho a cada uno. Humillen sus almas
y tomen mi mano, permítanme conducirlos a la paz; la paz de sus
familias, la paz de sus países nativos y la paz en el mundo.
Queridos hijos; ábranme sus corazones a mí porque yo deseo
colocar mi chispa dentro de ustedes, yo solo puedo dar lo que ustedes
puedan aceptar, mientras más permitan el paso de mi mensaje a su
alma, más se me permitirá llevarlos dentro a las profundidades de la
comprensión. Vivan las palabras que yo les doy; se las doy para
enseñarles y para preparar sus almas para los días venideros. Vengo a
ayudarles a transformar su corazón y su alma al verdadero sentido de
la conversión; a la imagen de Dios.
¿Vendrán ustedes hacia a mí?, ¿Me permitirán llevar sus
corazones al Padre?, Esta es la elección que ustedes tienen que hacer
sin reserva, les pido que reflexionen acerca de la importancia de este
día.»

Guía: Este acto de Consagración encontrará tu alma llena de
un amor profundo; este amor es tan ardiente que llega hasta el corazón
de Nuestra Señora con tanta fuerza que Ella es atraída a tu corazón.
El deseo del alma de consagrarse a Nuestra Señora causa cierta
atracción: un magnetismo. Es esa atracción la que lleva este intenso
deseo de tu corazón a la atención de Nuestra Señora; en cuanto Ella
encuentra y enfoca los deseos de tu alma, se concentra e intensifica
este amor y los fundamentos para que se forme el intercambio divino.
Dirección: El alma es como un jardín en el cual las malas hierbas
crecen constantemente; entonces, tenemos que practicar la
abnegación; manteniendo continuamente la pala en nuestras manos
para arrancarlas y arrojarlas de nuestros corazones. Si no tu alma se
volverá salvaje; una basura sin cultivar cubierta de espinas. ¿Cómo
nos puede ayudar el cultivar nuestro exterior, efectuar devociones y
dejar nuestro interior como un campo indomable?. Es tu propia voluntad
la que trae la rutina a tu alma; pero por medio de tu consagración se
fertiliza la tierra. Al podar tu alma sientas las bases de las gracias en la
consagración; es por medio de tus constantes esfuerzos que un jardín
de pureza es creado para recibir las flores de virtud en medio de tu
corazón.
Meditación: ¡Oh Inmaculado Corazón de María!, atráeme
enteramente hasta tu Hijo y ayúdame a encender en mi corazón su
santo amor por el cual yo deseo ser enteramente consumido; Madre
querida, toma posesión de mi corazón y cámbialo por el tuyo. Llénalo
con el deseo de todo lo que es santo y bueno, ilumínalo para que esté
listo y dispuesto para ejecutar la voluntad del Padre y siguiendo tu
ejemplo, pueda yo encontrar la santificación; únete a mi y yo a ti con
un perfecto amor que nunca pueda ser disuelto. Haz que mi corazón
no sea ya más mío, sino que sea enteramente de Dios a través de las
gracias infundidas en mi corazón a través de tu corazón maternal.

«Un jardín es mi hermana, mi novia»
(Cantar de los Cantares 4:12)
 
EL CREDO
Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la
tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue
concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María
Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto
y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre
los muertos, subió a las cielos y está sentado a la derecha de Dios,
Padre Todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.
Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Católica, la comunión de los
santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida
eterna. Amén.
CONSAGRACIÓN A LA SANTÍSIMA VIRGEN
Oh Señora mía, Oh Madre mía! Yo me entrego del todo a Vos; y
en prueba de mi filial afecto, os consagro en este día, mis ojos, mis
oídos, mi lengua, mi corazón; en una palabra, todo mi ser. Ya que soy
todo vuestro Oh Madre de bondad, guardadme y defendedme como
hijo y posesión vuestra.
Amén
EL ÁNGELUS
V. El ángel de Señor anunció a María.
R. Y Ella concibió por obra y gracia del Espíritu Santo.
Ave María……
V. He aquí la esclava del Señor.
R. Hágase en mí según tu palabra.
Ave María……
V. Y el Verbo se hizo carne.
R. Y habitó entre nosotros.
Ave María……
V. Ruega por nosotros Santa Madre de Dios.
R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas y gracias de
Nuestro Señor Jesucristo.
Amén
Oremos: «Infunde Señor tu gracia en nuestros corazones, para
que habiendo conocido por la voz del ángel el misterio de la Encarnación
de tu hijo, podamos llegar por los méritos de su Pasión y su Cruz a la
Gloria de la Resurrección. Por el mismo Cristo Nuestro Señor.
Amén
CORONILLA DE VIRTUDES
Para pedir:
1.Virtud de Fe
2.Virtud de Esperanza
3.Virtud de Caridad
4.Virtud de Humildad
5.Virtud de Paciencia
6.Virtud de Perseverancia
7.Virtud de la Obediencia
Con cada una de las virtudes se deben recitar las siguientes oraciones:
1. Padre Nuestro…
2. Gloria al Padre…
3. Oración al Espíritu Santo
Oración al Espíritu Santo: Ven Espíritu Santo, ilumina mi corazón,
para ver las cosas que son de Dios; Ven Espíritu Santo, dentro de mi
mente, para conocer las cosas que son de Dios; Ven Espíritu Santo,
dentro de mi alma, que yo le pertenezco solamente a Dios; Santifica
todo lo que yo piense, diga y haga para que todo sea para la gloria de
Dios. Amén

¡OH MARÍA!
«Oh María; transforma mi corazón como el tuyo; colócale
alrededor una corona de pureza adornada con virtud; toma mi corazón
querida Madre consagrado como tuyo propio; preséntaselo a Dios Padre
como una ofrenda de mí para ti. Ayúdame, Oh María, en hacer tu corazón
más conocido cada día».
ORACIÓN DE PENTECOSTÉS
Espíritu de Cristo: despiértame; Espíritu de Cristo: muéveme;
Espíritu de Cristo: lléname; Espíritu de Cristo: séllame. Oh Padre
Celestial, conságrame a tu Corazón y Voluntad; se en mí una fuente de
virtudes, sella mi alma como la tuya para que tu reflejo en mí sea una
luz que todos vean».
Amén

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